lunes, 23 de febrero de 2009

COMUNICACIÓN- Diferencia entre hablar y comunicarse


Lunes, febrero23, 2009, 18:00 PM
Escrito por Diego Manrique
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“Si das patadas a la colmena, nunca obtendrás miel”El ser humano va desarrollando su carácter y personalidad según las sensaciones que ha ido captando a lo largo de su vida। Una de las maneras que tenemos para sentir y poder percibir la realidad, es a través del diálogo. Y una de las características que más nos diferencia de los animales es nuestra capacidad de comunicarnos mediante el diálogo.

La comunicación a través del diálogo, es el vehículo por el cual se relacionan las personas emocionalmente maduras. Una buena comunicación repercute positivamente en nosotros mismos y en los demás, nos hace sentir mejor, potencia la seguridad y la capacidad de tomar decisiones.

Pero el decir palabras no quiere decir que haya diálogo, pues todavía quedan en nuestro inconsciente varios vestigios del animal primitivo y dominante que siempre trata de imponerse a los demás a través de maneras impropias de seres humanos civilizados।

Por ejemplo: discutir no es dialogar। En una discusión uno trata de machacar al otro, de humillarlo, de herir su autoestima. Con una discusión nunca se gana, siempre se pierde algo. Unos momentos de cólera sin control pueden llevarnos incluso a decir palabras inoportunas e inadecuadas a alguien que apreciamos y que incluso en el fondo ni siquiera sentimos, lo cual nos puede costar la pérdida de una relación y el amor de esa persona, a veces para siempre...En cambio, esto es totalmente diferente cuando dos personas se miran de igual a igual como seres humanos. Cuando hablamos, deseamos que nos escuchen, que nos entiendan, sentirnos integrados y comprendidos por la otra persona.

La comunicación y el diálogo sólo son posibles cuando ambas personas están abiertas y se hablan desde el centro de su ser। Es decir, cuando se tratan como sujetos y no como objetos. Sólo de esa forma elegiremos cuidadosamente las palabras y emplearemos el tono de voz, gestos y mirada de comprensión adecuados.Dialogar no es sólo tratar de hacer que el otro nos entienda, sino también comprender e integrar al otro. Sólo así podremos ver sus puntos de vista, sus deseos, necesidades y ponernos en su lugar. De hecho es la única forma en que podremos conocerlo e incluso llegar a amarlo.

Pero hay personas que mueren sin haber madurado। Aunque intelectual y cronológicamente sean adultos, emocionalmente siguen siendo y sintiéndose como niños heridos... todo ello sin darse cuenta. Van por la vida perdiendo y destruyendo relaciones sin ni siquiera plantearse por un momento el revisar su actitud, pues están convencidos que la culpa de que sus relaciones no funcionen es siempre de los demás.

Podríamos decir que ni siquiera llegan a vivir como personas, únicamente como personajes, es decir sobreviven a base de ideas inamovibles preconcebidas y adquiridas que tratan de imponer a los demás, y que cada vez que no consiguen hacerlo, se sienten infelices e insatisfechas, ya que el mundo exterior no coincide con lo que sienten en su interior।

Hay momentos en la vida en los que ciertamente la comunicación puede ser difícil। Conviene recordar que la comunicación sólo se mantiene fluida cuando se comparten sentimientos, inquietudes, intereses y vivencias. Y que para que se consolide ambas partes han de sentirse queridas y aceptadas a pesar de sus diferencias. Podemos y tenemos todo el derecho a discrepar del otro, pero no hay ninguna necesidad de discutir.

Si somos capaces de admitir que los demás no siempre van a aceptar lo que les digamos sin criticarnos o reaccionar contra nosotros, de que no siempre nos van a contar todo lo que sienten, hacen o dicen y que no tienen por que desear ser nuestros amigos, amantes o pareja, estaremos sentando las bases para un acercamiento y una comunicación eficaz.

De este modo, las personas que nos rodean se sentirán respetadas como seres humanos, en vez de juzgadas, y esto repercutirá positivamente no sólo en ellas, sino también en nosotros, pues habremos sabido aprovechar esa oportunidad única que la vida nos brinda para disfrutar de nuestras relaciones y a la vez sanar y superar aquella sensación de soledad e incomunicación que a veces tuvimos en nuestra niñez y juventud।

Además los adultos y especialmente los que trabajamos en apoyar a los demás en los grupos de Crecimiento Interior, Meditación y Desarrollo Personal a veces somos como un espejo en donde los demás se miran y proyectan sus sentimientos, es el modelo social equilibrado y maduro más próximo que tienen como referencia

La forma en que nos comportamos, en que les hablamos, evitando la desaprobación potenciará su autoestima, la cual les ayudará a superar las dificultades personales mejorando su nivel de bienestar y facilitará su autonomía personal con relaciones sociales y afectivas saludables, seguras y constructivas de cara a un proyecto de vida estable y armonioso।

Por último, no debemos de olvidar que hemos nacido para ser felices, no para sufrir y que el hecho de disfrutar de nuestras relaciones personales nos puede producir enormes satisfacciones, una sensación indescriptible de gozo, plenitud y bienestar con nosotros mismos, lo que al fin y al cabo es nuestro derecho de nacimiento.
Vive, piensa, sueña y hazlo con excelencia

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