domingo, 22 de marzo de 2009

La estrategia del pez que no quería acabar en el anzuelo


domingo, marzo 22, 2009, 12:00 AM - ReflexionesEscrito por Diego Manrique
DIRECTOR
EXCELLENCE & COACHING


Millones y millones de personas en todo el mundo dedican su tiempo a planificar estrategias. Si pusiéramos en fila todas las listas de buenas intenciones de la gente, el montón de papeles llegaría hasta Marte.

Estoy seguro de que tú también lo has hecho muchas veces a lo largo de tu vida. Piensas "hasta aquí hemos llegado, no puedo seguir así", agarras un papel y una pluma y haces interminables listas de las cosas que quieres conseguir y de las cosas que tienes que hacer para conseguirlas.

Te han enseñado que tienes que marcarte objetivos y planificar lo que tienes que hacer para alcanzarlos. Cada objetivo junto a su tarea correspondiente. Dedicas mucho tiempo a planificar tu futuro, pero no pasas de ahí, ahí te quedas, en la planificación. No quiero decir que no haya que planificar. Lo que digo es que dedicamos mucho tiempo a planificar y muy poco tiempo a poner en marcha los planes que tanto tiempo nos ha costado realizar.

Hay dos formas de enfocar la vida: crear estrategias para pasar a la acción, o convertir nuestras acciones en estrategias. Parece simple, pero no lo es. Si creas estrategias para pasar a la acción tendrás la sensación de que no avanzas, de que te quedas siempre esperando que ocurra algo, generalmente algo que depende de los demás.

Un buen ejemplo de este enfoque son las buenas intenciones de cada principio de año o de cada inicio de curso, que se quedan la mayor parte de las veces en meras intenciones. Planificas lo que vas a hacer y te quedas en la planificación. Si, por el contrario, haces que tus acciones se conviertan en estrategias, tu sensación será que ocurren las cosas que tú quieres que ocurran en el momento en que tú has decidido que sucedan. Primero actúas y el resultado se convierte en la estrategia para la siguiente acción.

Los seres humanos sólo creemos en lo que estamos haciendo cuando actuamos, cuando pasamos a la acción. Muchos ensayos, muchos intentos, originan un aprendizaje, una adaptación, un compromiso contigo mismo que te impulsa hacia adelante. Si haces que tus acciones se vuelvan estrategias te convertirás en el líder de tu propia vida.

La misión de un líder consiste en ser el director de la orquesta, tomar lo que existe, traducirlo en actividad y cambiar el resultado en un compromiso duradero que desembocará en una nueva dirección estratégica, para volver a comenzar el ciclo. ¿Qué planteamiento prefieres? El primero ya lo conoces y sabes a dónde te ha llevado. ¿Te arriesgas con el segundo?

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Diego Manrique
Coach Personal
EXCELLENCE & COACHING
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miércoles, 4 de marzo de 2009

El eslabón más débil de la cadena

Martes, marzo 04, 2007, 07:00 AM -Reflexiones
Escrito por Diego Manrique
Director

Vivir la vida es algo muy sencillo. Madurar no es complicado. Relacionarnos es simple. Reproducirse es lo más fácil del mundo. Los animales y las plantas lo hacen automáticamente, están programados para ello. No se complican. Sólo los seres humanos convertimos lo fácil en complejo.

Somos seres con la capacidad de elección, somos libres. La libertad nos permite equivocarnos. Todos sabemos que la resistencia de una cadena no está en su eslabón más recio por fuerte que sea, sino en el más débil. La cadena soporta lo que resiste el eslabón más débil, no el más fuerte. Una cadena con 50 eslabones de 20 cms y uno solo de 5 cms, ¿por dónde se romperá? ¿Cuál es tu eslabón más débil? No es el que tú piensas.

Tu eslabón más débil no es tu egoísmo, ni tu soberbia, ni tu orgullo, que los tienes, como todos los seres humanos, y en proporciones gigantescas. Tu eslabón más débil es perder tu libertad, tu capacidad de elección. Es perder lo que te diferencia de los animales. Es el eslabón que cuando se rompe te convierte en animal. Tener capacidad de elección, ser libre, consiste en conocer, en ser consciente.

Un gato está programado por la naturaleza para cazar ratones y aunque no haya visto a sus padres hacerlo, no dudará ni un segundo en poner en marcha su mejor estrategia cazadora. Un manzano está programado para tener manzanas. Sólo los seres humanos pensamos y con nuestro pensamiento podemos cambiar nuestra programación. Eso es lo que nos hace libres. También con el pensamiento podemos dejar de ser libres.

Cada vez que haces algo por inercia, cada vez que te dejas llevar por las circunstancias, cada vez que respondes de forma automática o no eres consciente de las cosas que te ocurren, te alejas del poder que tienes como ser humano y te igualas a los animales. Cada vez que te pierdes en culpas del pasado, cada vez que te adelantas hacia el futuro, cada vez que no eres consciente de tu presente, el eslabón más débil de tu cadena se rompe y pierdes la libertad. Y sin libertad, ¿quién eres? La Tierra está llena de seres humanos que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Como los leones, como los nogales.

No se salen de su programación. Cumplen escrupulosamente su misión animal. Hay otros muchos seres humanos que optan por hacer uso de su poder, siendo conscientes de su vida, de sus decisiones. Y lo hacen aún sabiendo que esto tiene un riesgo: se pueden equivocar. ¿Cómo vas a reforzar el eslabón débil de tu vida?

(*) Un abrazo (*) La respuesta es: usando tu inteligencia

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lunes, 2 de marzo de 2009

Cuando la vida es corta como la de las mariposas

domingo, Marzo 01, 2009, 12:00 AM - Reflexiones
Escrito por Diego Manrique
Director

Cuando estudias en la escuela o en la Universidad, los profesores evalúan tu esfuerzo a través de los exámenes y las calificaciones. Cuando trabajas en una empresa, tus jefes valoran tu trabajo y lo recompensan con promociones, dinero, etc. ¿Cómo haces tú para evaluar tu vida? ¿Sabes leer los resultados de tus esfuerzos? ¿Cómo reconoces el resultado de tus esfuerzos? ¿Cómo sabes que vas por el buen camino? ¿Cómo distingues que no te estás desviando?

Anita estaba muy confusa. Acababa de cumplir 45 años, estaba casada, tenía dos hijos que se acababan de emancipar y un trabajo a media jornada que le ayudaba a llegar a final de mes. Pero Anita estaba muy confusa desde que la hija pequeña se había ido a vivir con su pareja y se había quedado sola con su marido. La pregunta que se hacía y le martirizaba era: “Si hace poco yo tenía 20 años, dentro de poco tendré 70. Mis hijos ayer eran unos niños y hoy son adultos ¿Qué he hecho de mi vida? El tiempo pasa volando.

”Damian estudió una carrera de grado medio y comenzó a trabajar en una gran empresa automovilística. Comenzó a vivir con su pareja y tuvieron dos hijos. En la empresa comenzaron a promocionarlo debido a su gran capacidad de liderar equipos hasta llegar a dirigir toda una sección. Actualmente, con 42 años, Damian ha visto que dos de sus mejores amigos han muerto recientemente, y se pregunta qué va a hacer el resto de su vida.—Si me quedan 20 ó 30 años de vida —me dijo— quiero saber dónde me he equivocado y vivir esos años que me quedan con la mayor felicidad.

¿He conseguido todo lo que quería? ¿Qué más me falta para completar mi vida?La crisis de los 40 años nos hace recapacitar sobre lo que hemos hecho hasta ahora. Anita se está dando cuenta que la vida pasa muy rápido. La crisis de los 50 años nos obliga a platearnos qué haremos a partir de ese momento durante los años que nos quedan de vida. Damian estaba en esa encrucijada, ¿qué hacer el resto de su vida? Aunque se llaman crisis de los cuarenta o de los cincuenta, estas crisis se pueden dar con cualquier edad, a los 20 o a los 80 años.

Una vez conocí a un niño de 10 años que tenía una de estas crisis. Se preguntaba “si yo hace poco era un bebé, dentro de nada me tendré que ir a vivir fuera de la casa de mis padres.”Estas crisis obligan al cambio. Durante estas crisis se producen separaciones, cambios de trabajo y cambios globales de vida.Pero para saber qué vas a hacer el resto de tu vida, primero tienes que saber leer el resultado de tus esfuerzos. ¿Cómo lo vas a hacer? ¿Qué medida vas a utilizar? ¿Has pasado por alguna de estas crisis? ¿Cómo la resolviste? ¿Qué cambiaste? Es importante que nos cuentes tu experiencia.